Conecta tu práctica de yoga con experiencias de viaje significativas
Un recorrido de nueve meses donde la práctica se encuentra con el movimiento. Aquí no buscamos certificaciones rápidas, sino entender cómo el yoga cambia cuando sales de tu tapete habitual y llevas tu práctica a diferentes lugares.
Empezamos en septiembre de 2025 con grupos pequeños. La idea es simple pero efectiva: combinar sesiones presenciales en CDMX con prácticas mientras viajas. No es turismo con yoga, sino yoga que se adapta al viaje.
He visto muchos programas que prometen transformaciones instantáneas. Este no es uno de ellos. Lo que sí puedo decirte es que después de nueve meses, tu forma de practicar será diferente.
Tres meses aprendiendo a adaptar tu práctica. Probamos diferentes espacios, horarios, y condiciones. A veces será en parques, otras en habitaciones de hotel.
Los siguientes tres meses incluyen un viaje corto donde practicamos lo aprendido. Nada de retiros lujosos, solo práctica real en situaciones reales.
Los últimos tres meses trabajas tu propia secuencia de viaje. Experimentas, ajustas, y desarrollas lo que funciona para ti específicamente.
Dos personas que llevan años combinando yoga y viaje. No te voy a decir que son los mejores del mundo, pero sí te puedo asegurar que saben de qué hablan porque lo han vivido.
Lleva catorce años enseñando yoga, pero los últimos siete los ha pasado viajando constantemente. Empezó cuando se cansó de dar las mismas clases en el mismo estudio. Su enfoque es práctico y directo, sin misticismos innecesarios.
Comenzó con danza contemporánea antes de encontrar el yoga. Su trabajo se centra en cómo el cuerpo se mueve en diferentes contextos. Ha dado talleres en once países, siempre desde la experiencia directa del viaje.
Son nueve meses que requieren dedicación real. Dos sesiones presenciales por semana en nuestra ubicación de Tlalpan, más práctica personal que documentas y compartes con el grupo.
Martes y jueves, 7:00 PM a 9:00 PM. Si pierdes más de cuatro sesiones en un mes, tenemos que hablar.
Mínimo tres sesiones por semana por tu cuenta. Documentas tu proceso con fotos y notas breves.
Uno por trimestre. Salimos de la ciudad para practicar en condiciones diferentes y probar lo que estamos aprendiendo.
Máximo doce personas por grupo. Cuando hay más gente, se pierde la atención individual que hace funcionar esto.